Aprendizaje. Cuál es su naturaleza y cómo se produce

    Para entender como se produce el aprendizaje, primero tenemos que explicar como el cerebro, más concretamente las neuronas, procesan la información que proviene del medio ambiente.
    Las neuronas sensoriales son la puerta de entrada de la información que el cerebro recoge del medio ambiente. Son las encargadas de convertir los estímulos externos (olfativos, auditivos,…) en estímulos internos eléctricos, que viajarán a través del Sistema Nervioso Central hasta el cerebro. Una vez en él, estos impulsos eléctricos activarán ciertos grupos neuronales y, dependiendo de la naturaleza de la conexión interneuronal existente, se producirá una respuesta cerebral determinada que se traducirá exteriormente, en una acción o comportamiento.
    El comportamiento resultante retroalimentará al cerebro, es decir, provocará otros estímulos sensoriales que proveerán al cerebro de nueva información sobre el éxito o fracaso de su respuesta. En base a esta nueva información, el cerebro modificará o no su respuesta (dicho de otro modo, ajustará sus patrones comportamentales) con la finalidad de alcanzar un único objetivo: el éxito adaptativo. Podemos decir que es así como el cerebro aprende.
 
  En todo este proceso de transmisión y procesamiento de la información, la comunicación interneuronal juega un papel importante. La información que proviene del exterior se transmitirá mejor a través de un grupo de neuronas con una buena conexión sináptica, que a través de un grupo con una mala conexión. Si esta información es recurrente, la conexión entre el grupo de neuronas se verá fortalecida, facilitará la creación de nuevas sinapsis con otros grupos neuronales e incluso potenciará el nacimiento de nuevas neuronas. Es por ello, que las sinapsis o neuronas que son altamente activas tienen más posibilidades de sobrevivir e incluso de reforzarse que aquellas sinapsis o neuronas que no lo son. Estas últimas acaban debilitándose o desapareciendo. En resumen, podemos concluir que la comunicación interneuronal es la responsable de la creación, fortalecimiento o destrucción de las sinapsis y del nacimiento o muerte de las neuronas.
    Retomando lo dicho anteriormente, a medida que vamos ajustando nuestras respuestas comportamentales ante los estímulos del medio ambiente, vamos modificando las conexiones interneuronales (fortaleciendo, debilitando o creando nuevas conexiones) y estas modificaciones pueden provocar nuevos aprendizajes o un reajuste de los mismos. Esta creación o modificación no se limitará a un aprendizaje o área cerebral en concreto, pues hay que tener en cuenta que tanto el cerebro como los aprendizajes están interconectados, y que el cambio producido en un área cerebral o en un aprendizaje producirá un cambio en el resto del cerebro y de los aprendizajes. Es lo que se conoce como el efecto mariposa (una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande a mediano o corto plazo de tiempo) y que nos indica que a medida que vamos aprendiendo, vamos modificando nuestro cerebro y nuestros aprendizajes y vamos evolucionando.
    Estos cambios son los que nos dan la idea de que el cerebro es algo dinámico, cambiante y adaptativo. Es lo que se conoce como Plasticidad Neuronal y es la base del aprendizaje.
    La Plasticidad Neuronal o Neuroplasticidad, contrariamente a lo que se creía, es una característica que el cerebro conserva a lo largo de toda la vida y hace posible que una persona sea capaz de aprender durante toda ella.
    Nuestra vida depende de las experiencias, del medio ambiente, de las interacciones sociales, personales,… que cada uno ha ido experimentando y somos producto de cómo el cerebro ha asimilado y respondido a cada una de ellas.

 ¿Por qué el sueño es tan importante para el aprendizaje? ¿Sería posible el aprendizaje sin sueño?
 
    El sueño es un estado de reposo cerebral que se caracteriza por la inhibición de los sistemas de alerta y una mínima respuesta a los estímulos externos (en contraposición a la vigilia). El sueño no es sinónimo de inactividad cerebral; muy al contrario, durante el sueño el cerebro permanece activo y éste resulta indispensable para su desarrollo. En el recién nacido se cree que el sueño activo o fase REM cumple funciones muy importantes para el desarrollo cerebral, pues en él se llevan a cabo las conexiones neuronales.
    Durante el sueño se asimilan los aprendizajes ocurridos en la fase de vigilia, se integran los nuevos aprendizajes con otros ya adquiridos e incluso se forman aprendizajes nuevos fruto de esa asimilación. Durante el sueño activo, o fase REM, se lleva a cabo la consolidación de los aprendizajes relacionados con las habilidades y maneras de actuar, y durante el sueño profundo, o fase no REM, se lleva a cabo la consolidación de los aprendizajes relacionados con las memorias declarativas (memoria episódica y memoria semántica). Si no existiese el sueño, no se podrían llevar a cabo la asimilación y reorganización de la información nueva por parte del cerebro, por lo tanto, no sería posible el aprendizaje.
    En definitiva, el sueño es importante para el desarrollo cerebral y el aprendizaje. La falta de sueño en las poblaciones escolares está relacionada con la aparición de múltiples trastornos psicológicos (como depresión, estrés, problemas conductuales, vulnerabilidad al estrés y TDAH), con dificultades en el aprendizaje, un menor rendimiento académico, una menor eficacia mnemónica, dificultad en la toma de decisiones y en la solución de problemas. 


Kurisu

Bibliografía: Bases del Aprendizaje y Educación, Daniel Anaya Nieto. Editorial Sanz y Torres.
Imágenes Extraídas de:
http://rocio-la-mariposa-azul.blogspot.com.es/2012/01/donde-nace-un-problema-de-aprendizaje.html
 http://noticias.iberestudios.com/wp-content/uploads/2010/03/Neuronas.jpg
http://thedreams-favylu.blogspot.com.es/


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