La ansiedad de los más pequeños en estos días, ¡podemos ayudarles!

Nos habéis hecho llegar, bien por medio de WhatsApp, e-mail, etc… vuestras inquietudes y preocupaciones para con los más peques de la casa ante la situación que estamos viviendo. De ahí la elaboración de este artículo, para entregaros algunos consejos que os ayuden a gestionar mejor estos días difíciles. La intención de este artículo es ayudaros a entender el porqué l@s niñ@s reaccionan de determinadas maneras en determinados casos, y cómo afrontar esas situaciones de la mejor manera posible.

Empecemos con el concepto de ansiedad en l@s niñ@s. Sí, l@s niñ@s también padecen este cuadro psicológico en el cual, las preocupaciones ante incertidumbres futuras pueden invadir sus pensamientos hasta tal punto, que éstos se vuelven traumáticos e inadaptativos. Los padres y madres debemos estar especialmente atentos, ya que como sabemos, las mentes de nuestros pequeños todavía están en formación y por lo tanto, hay muchas cosas que no entienden. Cosas que debemos explicarles para que no caigan en errores, para que aprendan de ellas y puedan así gestionarlas.


Si evaluamos un poco más a fondo la ansiedad que puede desarrollarse en estos días, lo más probable es que la emoción primaria que la provoque sea el miedo. Debemos tener en cuenta que es normal que los niños tengan miedos ante situaciones “peligrosas”, los adultos también los tenemos. La clave está en que tenemos que saber gestionar y afrontar eses miedos para que no nos bloqueen y, en el mejor de los casos, incluso nos ayuden. No podemos olvidar que el miedo es una emoción básica que bien tramitada puede conseguir, como ya ha hecho desde hace millones de años, que sobrevivamos ante peligros o riesgos de la naturaleza. Por lo tanto, debemos impedir que el niño reprima sus sentimientos de miedo, debemos evitar frases del tipo: “no tengas miedo”, “no debes tener miedo, “no pasa nada” … Sí que pasa, él tiene miedo y aún no sabe gestionarlo. Si se lo negamos, le estaremos enviando un mensaje de incomprensión que le provocará desorientación y le generará más miedos e inseguridades al perder el apoyo de las figuras que más peso tienen en su vida, sus padres y madres.

Debemos por tanto comprender, ponernos en su lugar, practicar la empatía con todos los sentidos, escuchar atentamente, aquella escucha activa realizada con el corazón que todos deseamos que hagan con nosotros cuando estamos contando algo que nos duele emocionalmente y/o nos importa mucho. No dudéis en hablar de su miedo, eso no es hurgar en la herida, ni hacerle daño. Hablar de ello es crear conexiones cerebrales entre su cerebro emocional y su cerebro racional. De este modo se apacigua la emoción, le ayudamos a poner palabras a lo que siente y a comprender mejor su mundo interior. Cuando somos capaces de verbalizar lo que sentimos, es más fácil de gestionar.

Una buena práctica sería tomarnos un tiempo con ell@s, generarles un entorno seguro y agradable para que se expresen, en donde aceptaremos sus miedos y les ayudaremos a sacarlos afuera. Una vez verbalizados, podemos ayudarles explicándoles los mismos para que puedan entenderlos y gestionarlos. También podemos enseñarles técnicas de relajación adaptadas a ell@s, y que veremos a continuación, que les ayudarán a bajar los niveles basales, el ritmo cardíaco, etc y les generarán sensaciones de relajación que les ayudarán en su gestión interna de su ansiedad.

Nosotros, los padres madres, también tenemos que reconocerles y trasmitirles con toda sinceridad que también tenemos miedos, que no somos todopoderosos ni invencibles, somos humanos y sentir miedo es normal. Es necesario que concretemos el miedo para hacerlo más pequeño y gestionable, evitad hacer generalizaciones ya que éstas son imposibles o difíciles de manejar. Otro aspecto importante es también el cómo ven que nosotros gestionamos la situación. Debemos enseñar con el ejemplo, aunque tengamos miedo tenemos que trasladarles la sensación de que la situación es gestionable y que vean que no perdemos el control. Tenemos que trasladarles sensación de tranquilidad, confianza y seguridad. Los pequeños están continuamente aprendiendo por observación de nuestra conducta (lo que se conoce como aprendizaje vicario). Recordad que a cortas edades, los niñ@s, se empapan más de lo que ven y de lo que sienten que de lo que escuchan.

En los momentos de tranquilidad, una práctica muy recomendable es la de elaborar una lista de cosas que pueden escoger para hacer cuando sienten que se inicia un ataque de ansiedad. Actividades que les enfoquen hacia estados más relajantes o placenteros y que en principio desvíen su atención para evitar el colapso. Algunos ejemplos pueden ser: técnicas de relajación y respiración, dibujar, jugar a un juego de mesa, cantar, bailar, tocar un instrumento, leer un cómic… en fin, lo que a ell@s les ayude a desviar la atención de ese estado.

Hasta aquí otro psi-consejo, esperamos que os sirva de ayuda en estos días y, como siempre, dejad en la caja de comentarios todas aquellas cosas que queráis añadir o comentar con nosotros. También si tenéis algún tema del que queráis que hablemos, no dudéis en pedirlo.

Un abrazo al corazón!

Antonio Álvarez Fabeiro
Psicólogo de la Salud y Trastornos Mentales y del Comportamiento.
Experto Universitario en Inteligencia Emocional.
COL: G-6168

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