Comentario de Historia de la Educación

      “Hubo un tiempo en que España, saliendo de los siglos oscuros, se dio con ansia a las letras. Convencida al principio de que todos los conocimientos humanos estaban depositados en las obras de los antiguos, trató de conocerlas; conocidas, trató de publicarlas e ilustrarlas; y publicadas, se dejó arrastrar con preferencia de aquellas en que más brillaba el ingenio y lisonjeaban más el gusto y la imaginación. No se procuró buscar en estas obras la verdad, sino la elegancia, y mientras descuidaba los conocimientos útiles, se fue con ansia tras las chispas del ingenio que brillaban en ellas. España, por consecuencia, se hizo humanista, y mientras hacía progresos en la gramática, poesía, elocuencia, historia, apenas admitía en el círculo de sus estudios aquellas que habrían de labrar un día su prosperidad y gloria.
      Vino después otra época en que los riesgos de la religión arrebataron toda su atención hacia su estudio. Vino el tiempo de las herejías y las sectas, tanto más ominosa a las Estados, cuanto entrándose a discurrir sobre los derechos de los príncipes y los pueblos parecían atacar la autoridad pública y presentar la horrible imagen de la anarquía y el desorden. Desde entonces, las ciencias eclesiásticas merecieron todo su cuidado; y de cuantos progresos hicieron en ellas, pueden ser ejemplo el Concilio de Trento y las insignes obras que nos dejaron”.
      En esta época nacieron nuestras universidades, formadas para el mismo objeto y sobre el mismo gusto (...)”. 
      JOVELLANOS: “Plan para arreglar los estudios de las universidades”, en Antología de escritos pedagógicos de Gaspar Melchor de Jovellanos, edición de Olegario Negrín Fajardo, Madrid, Sanz y Torres, 2010, pp. 157-158.

Comentario de texto: 

Introducción.

      El texto ha analizar es un fragmento de la obra Plan para arreglar los estudios de las Universidades del ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811); extraída del libro de Antología de Escritos Pedagógicos de Gaspar Melchor de Jovellanos, edición de Olegario Negrín Fajardo.
      Escritor, jurista y político ilustrado, Jovellanos fue considerado como uno de los autores más importantes de la Ilustración española. Piensa que el perfeccionamiento humano se logra a través de la ciencia y la verdad, aspira a construir un nuevo sistema educativo público, gratuito y universal, y a reformar la universidad.
      Bautizado como Baltasar Melchor Gaspar de María de Jove Llanos y Ramírez, nació en Gijón el 5 de enero de 1744 en el seno de una familia noble. Cursó estudios de Filosofía en la Universidad de Oviedo y Derecho Civil y Canónico en las Universidades de Ávila y Alcalá de Henares.
      En 1768 es nombrado Alcalde del Crimen de la Real Audiencia de Sevilla. Durante su estancia en la ciudad conoce a Pablo de Olavide, seguidor de las corrientes de pensamiento francés, que ejercerá una fuerte influencia en su trayectoria personal. También comienza a estudiar las obras de varios autores franceses como Montesquieu, Voltaire, Rousseau e ingleses como Young, Milton y Macpherson.
      En 1778 es nombrado Alcalde de Caso y Corte y se traslada a Madrid, donde se relaciona con la gente más prestigiosa de la ilustración española. Ingresa en la Real Academia Española, en la Real Academia de la Historia y en la Real Sociedad Económica Matritense. Sin embargo, su manera de pensar y actuar le hace rodearse de bastantes enemigos que le crearán todo tipo de dificultades hasta conseguir que, tras la muerte de Carlos III, se le envíe a reconocer minas a Asturias, con el fin de alejarlo de Madrid.
      En Asturias funda el Real Instituto de Náutica y Mineralogía de Gijón y escribe el Informe de la Ley Agraria. Allí permanece hasta que, en 1797, Godoy le nombra Ministro de Gracia y Justicia y es entonces cuando se propone reformar los estudios universitarios y frenar al partido reaccionario encabezado por la Inquisición. Pero la experiencia le resulta dolorosa, breve y difícil, y un año más tarde, ante el ambiente hostil de la Corte, decide volver a Asturias.
      En 1802 es arrestado y acusado de haber introducido en España una copia del libro El Contrato Social de Rousseau, un libro prohibido en esa época. Por ello es desterrado a Palma de Mallorca y donde permanecerá encarcelado, en unas condiciones degradantes, en la cartuja de Valldemosa y en el castillo de Bellver.
      En 1808, tras la invasión francesa, José Bonaparte le libera de su cautiverio y le ofrece un cargo de ministro que Jovellanos rechaza. Pero acepta ser el representante de Asturias en la Junta Central, hasta que, en 1810, nombrada la Regencia, se retira de nuevo a Gijón. El 28 de noviembre de 1811 fallece en Puerto de Vega a causa de una pulmonía.
      Su pensamiento y obra están fuertemente influenciados por la ilustración francesa y el liberalismo inglés. A pesar de que también se dedicó a la poesía y al teatro, sus ensayos sobre educación, política, economía e historia fueron lo más importante de su obra. De entre todas sus obras destacaremos el Plan para arreglar los estudios de las Universidades, por corresponder a ella el fragmento del texto a analizar.
      Es un texto de carácter histórico-educativo, que, junto con el texto Apuntamientos para el Plan de Estudios, forman parte de los reglamentos y planes de estudio que elaboró Jovellanos. Ambos textos coinciden con su corta experiencia ministerial y en ellos, nuestro autor, insiste en la necesidad de introducir contenidos científicos en todas las instituciones y destaca la importancia de la instrucción pública en el desarrollo económico nacional.

 Análisis. 

      En el fragmento del texto Plan para arreglar los estudios de las universidades, Jovellanos describe la evolución de los contenidos escolares y académicos en relación con la Historia de España.
      En un primer momento, describe a la España humanista que busca volver a los clásicos para encontrar la fuente de todo conocimiento, de cómo se dejó llevar por aquellas obras que recogían las artes liberales (gramática, retórica, dialéctica) y descuidaba aquellas que hacían referencia a las artes manuales.
      A continuación, describe a la España Barroca, época en la que la Iglesia vuelve a adquirir el poder y la formación religiosa pasa a ser el fin de la educación, a la cual se deben supeditar el resto de contenidos.

Comentario.

      En el fragmento objeto de análisis, Jovellanos señala las diversas fases de la evolución de la educación española en el camino equivocado, es decir, apartándose de lo que él consideraba eran las ciencias útiles y aplicadas. En ese momento, la base de la enseñanza universitaria eran las ciencias eclesiásticas y las jurídicas mientras que las ciencias aplicadas se dejaban de tratar o se cultivan poco y parcialmente.
      En este sentido, Jovellanos enumera los distintos problemas que, a su parecer, están presentes en la enseñanza. De entre ellos podemos destacar:
  1. Los contenidos: critica los contenidos enseñados en los centros académicos de todos los niveles educativos, especialmente los referidos al currículo universitario. En la Ilustración, las pocas disciplinas científicas que tenían enseñanza abierta o cátedra en las universidades, o no se impartían o, de hacerse, lo hacían a un escaso nivel. Jovellanos contrapone los contenidos especulativos y teoréticos de las universidades con los conocimientos prácticos, aplicados que se habían puesto en acción en el Instituto de Gijón.
  2. La metodología escolástica de los peripatéticos: En el Plan para arreglar los estudios de las universidades, el autor critica la educación basada en la memoria y en el método escolástico y plantea una enseñanza fundamentada en la experimentación. Frente a una enseñanza basada en la memorización, en el uso de técnicas de trabajo encorsetadas en ejercicios repetitivos y en una lengua latina no asimilada o mal ingerida, Jovellanos propone una metodología basada en la experimentación y aplicación de técnicas científicas y el diálogo sosegado, respetuoso y comprensivo.
  3. Los establecimientos: Jovellanos ve un problema en la existencia de más establecimientos de enseñanza dedicados a las ciencias o a impartir contenidos de poca calidad (escuela de primeras letras) o poco útiles (cátedras de latinidad, teología y jurisprudencia) en España que en cualquier otra nación. Como alternativa al problema, propugna la creación de centros de enseñanza técnicos, parecidos a los centros técnicos o profesionales, en los cuales se impartirían conocimientos útiles y aplicados.
      En Plan para arreglar los estudios de las universidades, Jovellanos se expresa como el pensador ilustrado y el político que ha de tratar con prudencia la renovación de la educación, debido a su especial importancia. Distingue entre las acciones que, obligatoriamente, deben ser rápidas y concretas de las que, como ocurre en la educación, deben se meditadas y planteadas con la seriedad con la que entendía habían de ser tomados los asuntos que tenían que ver con la instrucción cuando se estaba en el poder.
      A finales de 1798, Jovellanos posee la autoridad, madurez y los conocimientos suficientes como para afirmar con rotundidad la importante función que él le asigna a la instrucción pública. Aspira a construir un nuevo sistema educativo público, gratuito y universal, y a reformar la universidad pues, como el ilustrado que es, piensa que el perfeccionamiento humano se logra a través de la ciencia y la verdad. Este planteamiento se repite en toda su obra y forma parte del ideario de la minoría ilustrada española.

Conclusiones.

      Jovellanos fue un hombre culto, abierto y ejemplar que se caracterizó por su hondo patriotismo y su gran preocupación por los problemas de España. Su espíritu crítico y renovador se plasma en su preocupación constante por reformar las instituciones y costumbres vigentes.
      Conocedor de la educación española de la época, el autor demuestra haber estudiado con detalle los autores españoles y europeos del momento, lo que le permitirá plantear sus proyectos de reforma.
      A pesar de ser un hombre bastante religioso, Jovellanos se muestra crítico con el poder que la Iglesia ejerce a través de la educación. Considera un error el currículo y la metodología escolástico, a su parecer son de poca utilidad y provecho para el bien nacional y la prosperidad.
      Llama la atención que Jovellanos cuando elabora planes de estudio concede especial importancia a la instrucción religiosa, pues considera prioritaria la formación en la ética y la moral. Sin embargo, cuando aplica sus teorías parece decantarse por la separación de la instrucción religiosa del centro escolar.

Historia de la Educación. Kurisu, 1º de Grado de Pedagogía UNED. 



Comentarios

Entradas populares de este blog

Didáctica General: Enfoques, modelos y teorías II

Kohlberg: Los seis estadios del juicio moral.

Didáctica General: Enfoques, modelos y teorías I