Apuntamientos para el Plan de Estudios o Discurso al Rey (1798)

Manuscrito autógrafo de Jovellanos
      Estamos ante el borrador de un documento seguramente de mayor envergadura en el que Jovellanos vuelve a insistir en sus ideas, que girna en torno a la esencial importancia que le concede a la instrucción pública, sin la cual no cree posible ningún avance serio de la nación española. Trata de esta manera de convencer a las máximas autoridades de la necesidad de colocar a la instrucción pública en el lugar que le corresponde para que sirva de trampolín para el resto de las actividades productivas. Para ello, claro está, no propone cualquier educación sino aquella que se apoya en los conocimientos prácticos y útiles de la metodología moderna, alejada del escolasticismo tradicional. 

     Supone un resumen de su pensamiento o una síntesis de sus principales criterios de orden pedagógico. Redactado en torno al período en el que ocupó el Ministerio de Gracia y Justicia, en este documento se describen las funciones del ministro y del rey, y no sólo, como era habitual, las del funcionario de turno. Jovellanos le recuerda al rey sus obligaciones, que en este caso, es velar por una mejora de la instrucción pública; mientras que la obligación del ministro ha de ser la de poner los medios más adecuados para que se produzca esa mejora. Insiste en su ideario político e ideológico, en donde la instrucción pública ocupa un lugar central, pues sólo ella podía inclinar la balanza hacia el progreso o el caos. Ahora bien, dada la inestabilidad y carencia de poder efectivo del Ministerio, que se sabía fuertemente vigilado y controlado, Jovellanos ignoraba en que medida podía disponer de los medios necesarios para llevar a cabo esta reforma y durante cuánto tiempo iba a poder usarlos. En un momento de la historia de España dominada por poderes tradicionales y por las inercias retardatarias propias del antiguo régimen, la defenestración era el destino de las personas con un estilo y manera de pensar y actuar como la de Jovellanos.
      Entiende que el efecto y el fin de la educación es la instrucción. Desde este punto de vista, la instrucción pública se alcanza a partir de los esfuerzos educativos (individuales y colectivos) que se pongan en marcha. La educación e instrucción no son para Jovellanos, términos equivalentes sino términos interrelacionados, de tal manera que sin educación no se puede alcanzar la instrucción.
      Vuelve Jovellanos sobre una de las ideas constantes de su pensamiento, la denuncia de la educación tradicional, basada en el método escolástico, y caracterizada por el memorismo, la repetición y los métodos artificiosos y competitivos. Como alternativa a estas enseñanzas impuestas por la inercia y apoyadas por las fuerzas conservadoras, el autor planteará la introducción de contenidos y metodologías pensadas para facilitar el desarrollo nacional o, lo que es lo mismo, la felicidad individual y colectiva por medio de la educación pública moderna, ya cercana a lo que se puede denominar educación nacional para el ciudadano, frente a la educación estatal anterior propia del súbdito.
      Incorpora como finalidad de la educación dos tipos de bienes: el bien físico y el bien moral de los individuos y del Estado. Del primero se encargan todos aquellos conocimientos que producen la riqueza de los individuos y el poder de las sociedades; del segundo, los principios de moral pública o privada que hacen al hombre virtuoso y a las sociedades justas. La conjunción de ambos tipos de contenidos formativos, prácticos y morales, serían la solución aportada por Jovellanos a las autoridades del Estado, dentro de su pensamiento de la educación al servicio de la economía.
      Aplica la división de las ciencias para destacar la función a desarrollar las ciencias prácticas frente a las especulativas. Las ciencias especulativas se deben cultivar en cierta medida mientras que las prácticas se deben desarrollar masivamente. Explica el currículo necesario para dinamizar el sistema educativo en todos sus niveles, ocupando la lengua castellana el centro de la enseñanza.

Kurisu

Bibliografía: 
Antología de Escritos Pedagógicos. Jovellanos, G. M. Edición, introducción y notas de O. Negrín Fajardo. Madrid, Editorial Sanz y Torres, 2010. 
 
Ilustración extraída de http://www.spanisharts.com/books/literature/fxviiipro.htm




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