Cartas a Vargas Ponce (1799)

Sello de Correos emitido durante la II República
      Carta a José Vargas Ponce, amigo y discípulo a la vez, con el cual mantenía una estrecha amistad y compartía el mismo interés por los temas educativos. Es un modelo de correspondencia en donde Jovellanos muestra la sinceridad de la que hace gala para orientar a Vargas Ponce en un momento delicado de su trayectoria como escritor. A petición de Vargas Ponce, Jovellanos analizará el discurso que éste presenta a un premio de la Academia. 
      En ella no se limita a escribirle halagos, sino que realiza un análisis profundo de las carencias de su trabajo. Le critica con dureza, pero con afecto, a la vez que le anima a alcanzar metas mucho más amplias para las que, entiende, está más dotado. 
      Su crítica comienza centrándose en la afición de Vargas por presentarse a todos los premios que ofrece la Corte, teniendo en cuenta que ya había ganado uno y que le habían rechazado de malas maneras de otro. 
      Continúa analizando la formalidad del escrito y, aunque reconoce que existe un cúmulo de ideas interesantes, para Jovellanos, estas ideas no están relacionadas las unas con las otras. 

Sello conmemorativo del bicentenario
      En el discurso Vargas intentaba demostrar en qué medida la instrucción y la prosperidad son independientes del clima de una región y de la constitución política. Para Jovellanos, no presenta con claridad dichas interrelaciones, que él entiende que existen y que no son discutibles para alguien que conociese la realidad educativa, política, económica y social. Cabe señalar que Jovellanos, en muchos de sus textos, estudia las relaciones existentes entre instrucción y prosperidad, como que la instrucción pública es la base del desarrollo económico y del bienestar de los pueblos y de los individuos. Le reprocha también la falta de un plan de trabajo y le pide una mayor clarificación de los conceptos.
      Acusa a Vargas de no poseer un estilo propio a la hora de escribir y le recuerda la importancia de escribir como se habla y de componer como se escribe. Se queja del uso de palabras, modos y frases nuevas y del epitetismo, el cual aborrece. En su opinión, Vargas hablaba y escribía con soltura, fluidez y calidad. 
      Califica el discurso de desigual y oscuro, excesivamente erudito en algunos momentos, que da la impresión de haber sido construido por acumulación, en diferentes tiempos y estados de ánimo. Al tratarse de un escrito de contenidos relativos a la instrucción pública, entiende que el estilo adecuado era el didáctico: ordenado, preciso, sencillo y claro evitando la erudición innecesaria y la ampulosidad del estilo oratorio. Un estilo, este último, que triunfaba últimamente. 

Kurisu. 

Bibliografía: 
Antología de Escritos Pedagógicos. Jovellanos, G. M. Edición, introducción y notas de O. Negrín Fajardo. Madrid, Editorial Sanz y Torres, 2010. 
Primera ilustración extraída de: http://www.foroxerbar.com/viewtopic.php?t=9011
Segunda ilustración extraída de: http://noloseytu.blogspot.com.es/2012/05/mallorca-y-jovellanos.html

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